Los frutos de otoño ya han hecho su tímida aparición en los mercados municipales.
Son frutos antaño denominados de butxaca muy apreciados por su variado sabor. También eran motivo de hurto por parte de los jovenzuelos de los pueblos que se sabían de memoria en qué huertos o fincas se encontraban. Ahora se han convertido en exquisiteces, y no son pocos los chefs creativos que echan mano de ellos. Su sabor es inconfundible.
En el Mercat de l'Olivar se venden higos, muy hermosos provenientes de Alicante o Catalunya, de tamaño algo mayor que los autóctonos de la Isla. Sus precios oscilan entre los 7'90 y los 8'60 euros kilo. Las azufaifas de buen tamaño y los higos chumbos se ofrecían a 6 euros kilo en el puesto de la familia Sansó Bonet.
En muy poca cantidad se podían comprar acerolas, a 8'60 euros kilo. Al precio de 34 euros kilo, en Frutas Montiel, ya se exhibían sanos y heromsos níscalos.
Amalia Estabén