unque la infanta Leonor comenzó el verano eclipsando al resto de miembros de la Familia Real, la verdadera protagonista de las vacaciones fue la Reina, quien hizo de madre, abuela y suegra a tiempo completo. Doña Sofía desarrolló una gran actividad y ofreció las imágenes más tiernas cuando salía de palacio en compañía de todos o alguno de sus nietos.
Los Reyes fueron los primeros en llegar a finales de julio, seguidos por los príncipes de Asturias y los duques de Palma. Con la Copa del Rey de Vela ya muy avanzada hicieron su aparición los duques de Lugo.
En total, hubo días en que en Marivent coincidieron las cuatro familias y por los jardines de palacio jugaron ocho niños, si contamos a la pequeña Sofía, aún un bebé. A pesar del ruido que debe hacer tanto crío junto en vacaciones, a don Juan Carlos le vimos poco fuera de los muros de Marivent una vez finalizada la regata que lleva su nombre.
Seguramente la presencia de los niños y la necesidad de mantenerlos ocupados en verano, como ocurre en todas las familias, contribuyó a que a las habituales salidas en el Fortuna se añadieran excursiones a la playa, a Sóller en el tren, a Marineland, clases de esquí acuático para Froilán de Marichalar y Juan Urdangarín y, la que, seguramente, fue para los pequeños una de las noches más memorables de su vida, cuando, excepto las pequeñas Leonor, Irene y Sofía, acudieron a la representación del ballet, La Sylphide en el Auditòrium.