La entrevista del director general del Ens Públic de Radiotelevisió de les Illes Balears, Antoni Martorell, con el presidente de la Obra Cultural Balear, Jaume Mateu, plantea como consecuencia más directa un giro en la política lingüística de la cadena en favor de la estandarización en el uso de la lengua catalana, además de, como se había anunciado, ampliar su presencia en toda la programación.
No cabe duda que, desde su puesta en marcha, la cuestión lingüística en IB3 ha generado polémica, en especial por su escasa promoción que se hacía de la lengua catalana -series extranjeras, películas y algunos programas propios se emiten íntegramente en castellano- y, en menor medida, por los registros del catalán en función de cada uno de los diferentes programas; desde los informativos hasta los de entretenimiento.
Algunas de las iniciativas que se pusieron en marcha durante la anterior dirección de IB3 -el doblaje de la programación infantil-, conviene recordarlo, merecieron el elogio de algunos de los partidos que entonces estaban en la oposición. Del mismo modo, el libro de estilo de la cadena que redactó el COFUC también contó con el beneplácito de la Universitat de les Illes Balears.
Cuestión diferente es, tal y como se quiere plantear, acentuar la presencia de la lengua catalana en IB3; esfuerzo en el que la cadena merece todo el apoyo. Sin embargo, una decidida normalización lingüística de IB3 y la estandarización del idioma catalán no debe significar, en principio, la pérdida de vocabulario, expresiones, giros y modismos propios de Balears. IB3 es, y así debe expresarse, una cadena de radio y televisión balear. Además de la cuestión lingüística, IB3 tiene que percibirse como un medio propio y próximo por los ciudadanos de Balears.