El tiempo es un lujo del que muy pocas personas pueden disponer en nuestra sociedad hoy en día. Necesitamos tiempo para organizar nuestro trabajo, agenda, vida personal... Y luego está el tener la seguridad de que lo planificado es correcto o está bien encaminado a tener éxito.
Para ayudarnos en esta ardua tarea existe la figura del life coach que no es otra cosa que «un especialista que facilita las herramientas de apoyo y estructura necesarias para cambiar cualquier aspecto de la vida del cliente que él mismo se proponga», según afirma Alicia Cerdà, una de estas especialistas en el proceso que es el coaching. Básicamente, el coaching es un proceso proveniente de tierras anglosajonas y que en países como Inglaterra tiene ya una gran tradición. Antiguamente, la figura del coach "término húngaro cuya traducción venía a ser 'carruaje'" se ocupaba de orientar a los alumnos de algunos institutos británicos en las tomas de decisiones que pudieran afectar a su vida, estudios o en otras consideraciones. Con el paso del tiempo, la figura del coach se ha ido especializando, yendo más allá de la funciones de un tutor o de un entrenador. En la actualidad, existen tres tipos de coach, el empresarial, el ejecutivo y el personal o de vida. Alicia Cerdà tiene como especialidad estas dos últimas vertientes. Para los dos tipos de coaching que ejerce «la falta de tiempo es un problema común, y hay mucha demanda "del coaching" en este aspecto. La técnica para los dos procesos es la misma, pero el aporte personal del coach se adapta a cada caso».
Objetivos
Esencialmente, el cliente le expone al coach sus objetivos e intenciones y éste le orienta ayudándole a averiguar el porqué de las motivaciones de esos cambios y proporcionándoles posibles puntos de partida para lograr su objetivo. Hay quien puede pensar que es una función parecida a la de los psicoanalistas. No es así, aunque Cerdà asegura que «en caso necesario, el couch puede dirigir el cliente a un especialista de determinada clase», ya sea psicológico, físico o de imagen. El trabajo del coach empieza y acaba en su despacho, ya sea por teléfono o presencial; él o ella solamente indica y orienta al cliente, pero llevar a cabo el cambio y conseguirlo depende únicamente del compromiso personal de cada uno.
Esta disciplina, que tan sólo lleva una década en nuestro país, encuentra sus orígenes en la Maieutica de Sócrates. Hace indagar a la persona y a su contertulio en el porqué de las cosas, aunque bebe de otras corrientes filosóficas, como el existencialismo, y toma forma práctica en la época contemporánea. El life coach también se beneficia de las sesiones con su cliente, pues la experiencia es acumulativa y con cada caso que oriente puede ayudar mejor al caso siguiente.
Alberto Moral