JAIME MOREDA
El pasado 13 de julio, el titular del Juzgado de Instrucción 27 de Barcelona ordenó el ingreso en prisión provisional comunicada y sin fianza del ciudadano de Camerún Luc S.E., acusado de haber agredido al hijo de Samuel Etoo en varias ocasiones cuando el futbolista lo tenía a su cargo. Si ya de por sí este caso resulta trágico, es difícil encontrar otros adjetivos para describir la reacción de Samuel Etoo ante estos hechos, ya que, según relató el juez en su auto, “sorprende la actitud procesal del padre del niño que más parece que ejerza la defensa de Luc que de los derechos de su hijo". En una de las conversaciones que ha mantenido este periódico con Samuel Etoo, el jugador del F.C. Barcelona explicó que no quería que se hablara de su hijo en la prensa. “Nadie quiere más a mi hijo que yo o que su madre", dijo. Cuando este diario le preguntó cómo un juez puede describir así su comportamiento en este caso, el futbolista se limitó a decir: “El juez puede decir lo que quiera. Yo sé quién ha hecho daño a mi hijo. Luc está en la cárcel porque el juez ha pensado que había riesgo de fuga porque no tenía un domicilio fijo en Barcelona". El sospechoso ha vivido muchas temporadas con Etoo desde que llegó a España. En Mallorca en un piso del Paseo Marítimo y en un chalet de Son Vida, y en Barcelona en el chalet donde reside el futbolista.
Este ha sido el penúltimo capítulo judicial en el que se ha visto inmerso Etoo. El último ocurrió el pasado 27 de julio cuando desde el Juzgado de Primera Instancia 16 de Palma se autorizó a que Samuel Etoo estuviera con su hijo entre el 13 y el 20 de agosto. El juez, sin embargo, argumentó en su escrito: “El padre deberá permanecer con el niño todo el tiempo que lo tenga consigo. El niño muestra interés y deseo de estar con su padre; los temores que sufre a pernoctar con él le corresponde al padre eliminarlos, con una actitud de dedicación total y absoluta a su hijo mientras permanezca en su domicilio, y una colaboración firme y total con la madre".
Los avatares en torno a este caso, desde que el niño se lo contó a su madre a finales de agosto de 2006, son numerosos. En una exploración y entrevista que se realizó al pequeño en los Juzgados de Barcelona para intentar averiguar lo que había sucedido, y a la que asistieron la psicóloga que atiende al menor, los abogados de Samuel Etoo, del acusado (pagado por el jugador), y de la madre del niño, el relato del pequeño fue tan espeluznante que todos los presentes salieron llorando ante lo que habían escuchado del boca del menor. Incluso el abogado de Luc anunció que abandonaba el caso, aunque finalmente siguió defendiendo al acusado.
Antes del ingreso en prisión de Luc, pero ya siendo sospechoso de las presuntas agresiones, Samuel Etoo pidió a la madre que le dejara al niño un fin de semana. Ella accedió a condición de que le asegurara que Luc no iba a estar en la casa. El futbolista y su abogado y a la vez representante le dieron su palabra, pero posteriormente la madre averiguó a través de la actual pareja del jugador que Luc sí había estado ese fin de semana en la casa. Además, durante ese fin de semana, las agresiones se repitieron. En todo este tiempo desde que comenzaron las sospechas hasta el ingreso en prisión del “hermano" de Etoo, el jugador camerunés ha intentado confundir a su hijo y le ha recriminado “por decir mentiras". De hecho, un psicólogo certificó que el niño estaba “silenciado por su padre" y sufría por la incredulidad de su padre ante los hechos sufridos por su hijo.
Durante las pasadas navidades, Etoo tenía permiso para estar con su hijo entre el 22 y el 30 de diciembre. La madre solicitó que Etoo no impidiera la comunicación con su hijo como, según ella había hecho en otras ocasiones, ya que en esos momentos tan difíciles para el pequeño (ya se estaban investigando las presuntas agresiones) necesitaba el contacto con su madre. El 27 de diciembre la madre habló con su hijo por teléfono y éste le dijo que ya estaba en París de vuelta de Dubai donde había estado con su padre pasando la Nochebuena y la Navidad. Al niño le hicieron creer que su padre estaba en Barcelona, aunque eso no era cierto ya que Etoo estaba en Tenerife asistiendo a un torneo de fútbol infantil. Al día siguiente, Etoo habló con su ex pareja diciéndole que no podía ir a recoger al niño a París y que si ella no podía ir a París se lo traería a Palma el hermano de la actual pareja del jugador.
En mayo de 2004, Etool pidió a su madre que le dejara al niño porque quería llevarlo a París. La madre lo llevó al Aeropuerto de Palma y allí se enteró de que las intenciones de Etoo era ir con su hijo a Camerún, vía París. Un día antes del viaje, y estando el pequeño en París, fue vacunado para que el menor pudiera entrar en el país, pero sin que las vacunas pudieran hacer efecto en un espacio tan breve de tiempo.