El presidente del Govern balear, Francesc Antich, manifestó ayer su preocupación por que las Islas se conviertan en una nueva ruta de entrada de la inmigración ilegal y señaló que confía en que la Administración estatal ponga «todos los medios necesarios» para «corregir» esta situación.
El presidente balear se pronunció de este modo tras la llegada la semana pasada a Mallorca y Menorca de sendas embarcaciones que transportaban de modo ilegal a inmigrantes procedentes del norte de Africa.
Antich apuntó que el control de la inmigración ilegal es una competencia del Estado y manifestó que existe «en todo momento» una buena actuación de la Delegación del Gobierno en Balears, con la que el Ejecutivo autonómico mantiene una «coordinación absoluta».
Con las dos últimas barcas llegadas a Balears la semana pasada son al menos siete las embarcaciones que han arribado de forma ilegal al archipiélago desde septiembre de 2006, cuyo origen en la mayoría de los casos apunta a la costa argelina. Las dos últimas alcanzaron las costas de Llucmajor en Mallorca y de Son Vell en Ciutadella.