El aeropuerto de Palma registró ayer retrasos generalizados de veinte minutos de media, tal y como constataron fuentes de Aena. No obstante, las mismas fuentes aseguraron que sólo el cinco por ciento de los vuelos se vieron afectados directamente por la protesta que protagonizaron los agentes de seguridad privada de Trablisa en Son Sant Joan.
La huelga fue convocada por los sindicatos CC.OO., USO, CSI-CSIF y UGT, aunque el seguimiento fue escaso ya que Delegación de Gobierno estableció los servicios mínimos en el 85 por ciento. No obstante, los trabajadores adheridos a los servicios mínimos trabajaron «a reglamento», así que los controles se ralentizaron lo suficiente como para ocasionar colas importantes en la sala de embarque.
Miguel Sañudo de CC.OO. y Andrés Delgado de UGT denunciaron que las condiciones laborales de los agentes de seguridad no garantizan nada más que «tener controlado el 40% de las maletas y del pasaje». Los representantes sindicales aseguraron que «en el aeropuerto de Palma no pasa nada porque Dios no quiere. Aquí prima el negocio de Aena y la rapidez de embarque, la seguridad no está valorada», afirmaron.
Los agentes de seguridad privada lamentaron asimismo que el perímetro exterior del Aeropuerto «no tenga casi vigilancia. La verdad es que cualquiera puede acceder a Son Sant Joan con mucha facilidad», comentaron.