El candidato a la Presidència del Govern, Francesc Antich, ofrecerá hoy un cambio «sólido y tranquilo» en su discurso durante la sesión de investidura que se celebrará en el Parlament entre hoy y mañana. Francesc Antich ha aprovechado el fin de semana para preparar su intervención, que comenzará a las 11 de la mañana, y ayer estuvo todo el día cerrando el discurso con varios colaboradores. Tres serán las ideas clave que quiere ofrecer Antich para conseguir el voto de los diputados. A la propuesta de cambio tranquilo, el candidato a president del Govern añadirá su disposición a trabajar por la consolidación de la democracia en las instituciones. Además incidirá especialmente en la necesidad de gobernar y hacer política desde los «principios y valores» como ejes básicos a la hora de hacer la gestión diario de su gobierno. Desde este punto de vista, las cuestiones de carácter social tendrán un protagonismo capital en toda la intervención del aspirante a presidir la Comunitat.
El candidato socialista quiere dejar claro que en su gobierno, por encima de la realización de grandes infraestructuras, primará la atención cotidiana a las personas. Desde este enfoque hará referencias muy concretas a la necesidad de mejorar el sistema educativo, la sanidad, el problema de la vivienda y el del transporte público. El discurso estará centrado en las personas, pero también en la necesidad de gobernar desde el consenso. Antich apelará a la responsabilidad del principal grupo de la oposición para conseguir su apoyo en materias consideradas de Estado. Una de ellas será el desarrollo del Estatut d'Autonomia, pieza clave del eje del futuro gobierno, tal y como destacará Antich.
Pero el candidato a la Presidència del Govern también hará una llamada especial al sector turístico de las Islas, a quienes también pedirá que se sumen al consenso. Francesc Antich incidirá en que el turismo debe seguir siendo el motor de la economía balear y hará una especial mención al turismo hotelero. El nuevo Govern quiere evitar el enfrentamiento que se produjo con el sector hotelero entre 1999 y 2003, cuando el Govern presidido por Francesc Antich decidió poner en marcha la polémica ecotasa, lo que le costó una guerra sin cuartel con todo el sector turístico de las Islas, especialmente con los hoteleros.