Miquel Àngel Llauger dejó ayer la coordinación de Els Verds, como había anticipado antes de las elecciones cuando, a cambio de aplazar su salida de la dirección del partido, evitó ser desautorizado en plena campaña electoral.
Los críticos acusan a Llauger de haber entregado la organización a EU y de haber perdido el perfil ecologista. El recambio estaba pactado y su sucesor, Antoni Estava, fue elegido por 28 votos a favor, 7 en contra y dos papeletas blancas. Habitualmente los congresos de Els Verds se deciden por un voto o dos. Ayer los críticos sólo fueron a exponer sus quejas pero no a plantar batalla.
En el congreso, sin embargo, se oyeron 3 voces diferenciadas: las de la ponencia oficial, las de los críticos y las de la llamada tercera vía.
Antoni esteva dijo tras ser elegido que esperaba que Els Verds se mantuviera como organización diferenciada pese a estar en el Govern y participar en el Bloc. Proclamó su «lealtad» al los acuerdos y manifestó, al igual que Miquel Angel Llauger, que les hubiera gustado gestionar Medi Ambient, como en el anterior Pacte, pero que se daban por satisfechos.