R. L.
La fiesta de celebración de Unió Mallorquina acabó para algunos a las seis de la mañana del domingo, entre ellos la propia presidenta del partido, Maria Antònia Munar, que acabó la jornada cuando despuntaba el día. «Y ahora, todos a Titos». Fue la invitación de la presidenta a los cientos de militantes que se habían congregado en la sede de los nacionalistas para seguir la noche electoral.
Y se fueron a Titos. Allí estuvieron bailando hasta las tantas, algunos más que otros, especialmente la presidenta. El otro gran triunfador de la noche, Miquel Nadal, que ha conseguido una victoria histórica para su partido en Palma, se retiró un poco antes y no llegó a ver el primer amanecer como concejal de Palma.
Pero en la fiesta nocturna no sólo estuvieron los dos candidatos del partido nacionalista. Casi toda la dirección de UM pasó una noche de alegría en la discoteca del Passeig Marítim. Francesc Buils, actual conseller de Presidència del Consell, fue uno de los que más disfrutó. Otro fue Josep Lliteres, quien, a pesar de la noche de alegría, al día siguiente estaba al pie del cañón en la sede de los nacionalistas haciendo el primer análisis de los resultados obtenidos.
Dolça Mulet y Miquel Àngel Flaquer también se encuentran entre los asistentes a la fiesta en Titos para celebrar el éxito cosechado por los nacionalistas en las elecciones y, sobre todo, su poder de decisión en las principales instituciones de la Comunitat Autònoma. Pero, como es natural, la mayor parte de los festivos uemitas eran militantes de Palma celebrando la entrada en el Consistorio por la puerta grande.