Al grupo Cap.pela, que ayer actuó en el mitin del Bloc, le paso de todo: problemas de arranque, complicaciones técnicas, parones momentáneos para tratar de remontar la crisis, unos micrófonos que se estropean de forma inesperada -«es que son de Madrid»- y, cuando todo apuntaba a una retirada por el foro ante la imposibilidad de continuar, sale la testarudez de querer seguir actuando a toda costa. Parecía una representación del propio Bloc, un partido al que casi se colocaba fuera de las instituciones pero que, a fuerza de no cejar, está experimentando una clara remontada.
El mitin de ayer era un poutpourri de caras progresistas de las de toda la vida, con la salvedad de que en esta ocasión estaban todos en el mismo sitio. Hubo caras conocidas y no hubo caras conocidas. Es decir, no estuvo Mateu Morro, por ejemplo, o no estuvo Mateu Crespí por razones obvias. O sí. Porque Pere Sampo, que actuó al final como presentador de los candidatos, no pudo evitar referirse a él en su parlamento.
No votará al Bloc -o eso se supone-, pero también apareció por el Auditòrium Maria del Palau, trasunto de la candidata más mediática de los últimos tiempos. Se personificó en un vídeo donde aseguraba que, aprovechando que no le veía Jaume Matas, podía decir que estaba convencida de que el Bloc ganará. En el vídeo aparecían el actor Joel Joan, los escritores Sebastià Alzamora y Biel Mesquida, y el cantante y compositor Gerard Quintana, dando su apoyo a la formación. Sin embargo, muy relevante fue la intervención del ex fiscal anti corrupción, Javier Jiménez-Villarejo, quien culpó de la actual corrupción en las Islas nada menos que al hecho de que Gabriel Cañellas no fuera condenado en su día. Según dijo, allí comenzó la sensación de impunidad que existe en Balears. Más de un histórico hasta dio un respingo cuando oyó el nombre de l'amo.
El cómico Miguel Angel Llonovoy se encargó de hacer reír con ganas a unos candidatos y militantes que, hace sólo unos meses, casi lloraban por las esquinas. Ahora no. Se ven con posibilidades, hay ilusión y confianza y eso se nota en sus actos de campaña.
Pero.... Siempre hay un pero.
El despliegue de banderas fue oportuno y permitió tapar algún que otro hueco que hubo en el Auditórium. Al Bloc le van a faltar dos meses para cerrar la campaña con un diez. Clara tendencia hacia arriba, pero ayer no llenó.