El oficial de Policía del Ajuntament d'Andratx Juan Enseñat Adrover se ratificó ayer ante el juez instructor del 'caso Andratx' de todas las denuncias que ha presentado contra el ex alcalde de la localidad Eugenio Hidalgo, entre ellas, la ampliación de la caseta de aperos del alcalde.
Enseñat, que declaró en calidad de testigo aunque se presentó ante el magistrado con su abogado Miguel Borrás, dijo al juez que Hidalgo se había autoexpedientado con el fin de evitar la intervención del Consell de Mallorca. Afirmó que el ex alcalde empleó «trucos», como admitir sólo la existencia de porches irregulares en la nueva vivienda, con el objetivo de que el Consell no interviniera ante la comisión de un posible delito contra la ordenación del territorio.
Hidalgo se abrió a sí mismo el expediente, que concluyó con una multa de 15.000 euros.
Si hubiese intervenido el Consell, lo más probable es que el expediente habría finalizado con la orden de derribo.
Enseñat interpuso la primera denuncia contra la caseta de aperos de Hidalgo ante la Fiscalía de Medio Ambiente. Posteriormente, también le denunció por la casa que se construyó en Cala Moragues, en el Port d'Andratx.
En la jornada de ayer, también prestó declaración en calidad de testigo la funcionaria del Ajuntament d'Andratx, del área de Urbanismo, Àngela Hernández Rodríguez. El juez le preguntó por la caseta de aperos de Hidalgo, y ella respondió que había visto dentro del expediente (abierto por el ex alcalde) un escrito de Juan Enseñat donde se ponía de manifiesto que las que se estaban ejecutando eran mayores que las reflejadas en el informe del celador municipal (Jaume Gibert). Asimismo, afirmó que no sabía si la finalidad de la apertura del expediente era evitar la intervención del Consell Insular, y que le habían concedido dos meses de plazo al ex alcalde para que legalizara las obras, pero que él no hizo nada.
La testigo, que era la encargada de la tramitación de certificaciones urbanísticas, cédulas urbanísticas, licencia de apertura y expedientes de infracción urbanística, declaró ante el juez que «nunca» notó «presión alguna» en el desarrollo de sus funciones por parte de Hidalgo o de Gibert.
Preguntada por la caseta de aperos de Hidalgo, la funcionaria respondió que el celador emitió un informe, pero que no recordaba qué decía exactamente ese documento, ni tampoco si el celador (Gibert) había emitido un certificado sobre la existencia de una nave agrícola. Calificó, asimismo, de «habituales» los informes de preexistencia de edificaciones con más de 30 metros cuadrados y antigüedad superior a 30 ó 40 años.
En la jornada de ayer, por otra parte, finalizó el primer turno de casi medio centenar de imputados y testigos en el 'caso Andratx', sobre diversas piezas separadas del sumario.
El Juzgado de Instrucción número 12 de Palma prepara un nuevo turno de declaraciones que empezarán a celebrarse en los próximos días.