Actualmente, los espacios naturales de Balears incluidos bajo alguna figura de protección suman 94.871 hectáreas en el ámbito terrestre y 34.618 hectáreas en el ámbito marino. En el ámbito terrestre, esas más de 94.871 hectáreas protegidas suponen un 18,99 por ciento del territorio.
A mediados de 2003, el territorio protegido sumaba 30.095 hectáreas, un 6,07 por ciento del total. La mayor parte del incremento corresponde a la Serra de Tramuntana, cuyo Pla d'Ordenació de Recursos Naturals (PORN) ha sido aprobado recientemente. El área protegida de Tramuntana incluye 62.623 hectáreas, en su inmensa mayor parte bajo la figura de paraje natural, considerada insuficiente por los grupos conservacionistas, aunque hay algunos espacios naturales, mínimos en el conjunto de la Serra, que han sido declarados reservas o zonas de exclusión, es decir, con un alto grado de protección y restricciones de paso o uso.
Joana Xamena, ex directora general de Biodiversitat en la Conselleria de Medi Ambient (cesó en su cargo al ser designada candidata al Parlament por el PP y ahora es asesora del departamento autonómico), explica que «tras la aprobación de cualquier PORN, empieza el trabajo de verdad. Es entonces cuando hay que definir los usos, la gestión, la vigilancia, las ayudas, los convenios, las rutas y poner en valor los ecosistemas. No hacemos un PORN pensando en un determinado colectivo, sino buscando el equilibrio entre los usos compatibles con la preservación, siempre siguiendo los criterios de los técnicos».
Xamena dice que «el PORN no va a favor ni contra nadie», pero reconoce el papel «fundamental» de los propietarios: «Hemos conseguido crear estas figuras de protección con la aceptación mayoritaria de los propietarios, sin imposiciones. Aun así, se establecerán convenios de servidumbre medioambiental con determinadas fincas. Para Tramuntana, en principio se habilitarán ayudas por valor de 6 millones de euros en dos años para proyectos compatibles con la protección, si bien su ejecución puede prolongarse en un plazo más largo».
Según Xamena, «las líneas prioritarias para la concesión de ayudas serán: en primer lugar, la prevención y lucha contra los incendios, la limpieza forestal, la creación de accesos y las reforestaciones; en segundo lugar, el arreglo de marjades y olivar, teniendo presente que, en unos años, una finca puede tener todas sus marjades restauradas; y en tercer lugar, el soterramiento de líneas eléctricas, el arreglo de caminos y la eliminación de residuos. Las ayudas pueden llegar al 70 por ciento del coste del proyecto, aunque el propietario puede preferir que la Administración ejecute un determinado trabajo en lugar de recibir dinero, siempre a cambio de alguna contraprestación».
Para Xamena, la gestión de un espacio natural protegido «no debe ser algo inamovible y puede ir variando a medida que pase el tiempo y cambien las necesidades, pero buscando el consenso en todo momento. En cualquier caso, conservar es caro».