En abril aguas mil», dice el refrán y es que nunca llueve a gusto de todos. Ha sido ésta una Semana Santa algo pasada por agua, hasta el punto de posponer la procesión del Jueves Santo un día más tarde de la fecha que marca la tradición. Y es que parece ser que todo lo que debería haber llovido este invierno, uno de los más secos que se recuerdan, lo está compensando con creces el cielo durante las últimas semanas.
En la jornada festiva de ayer, postrera de estas fiestas religiosas, muchos ciudadanos albergaban la esperanza de pasar un día disfrutando del buen tiempo pero no fue así y la lluvia acompañó. Así en Palma cayeron 1,6 litros por metro cuadrado; en Alfàbia, 3,9 litros; en Lluc, 3,6 litros; en Port de Pollença, 1,9 litros; en Porreres, 0,6 litros y en Portocolom, 2,2.
A pesar de ello, algunos se atrevieron a hacer distintas actividades, y provistos de impermeables, paraguas y botas se dispusieron a afrontar las inclemencias del tiempo desafiando los elementos. Pero fueron más los que seguramente se quedaron en casa, dado el aspecto frío, desértico y desangelado que presentaban algunas calles y paseos. Claro que, un plácido paseo en pareja bajo el paraguas tiene su punto romántico, sobre todo si se escoge un lugar alejado del mundanal ruido, bajo unos árboles en los que van brotando las primeras hojas. Rincones por desgracia un tanto escasos, por ahora, en nuestros parques recién instalados.
Gabriel Alomar