NEKANE DOMBLÀS
Cuatro de cada diez turistas que llegan a Balears no se alojan en hoteles. Lo hacen en viviendas particulares. Es uno de los datos más relevantes del informe sobre el Indicador Diario de Presión Humana para Balears, elaborado por el director del Centre de Recerca Econòmica, Antoni Riera. Los datos que ofrece el estudio son suficientemente elocuentes sobre cómo el turismo residencial se va haciendo paso cada vez más en las Islas. En 1997, el porcentaje de visitantes que se alojaban en viviendas era del 30,9 por ciento en toda Balears. Nueve años más tarde, en 2005, el porcentaje ya había subido hasta el 39,1 por ciento. Las diferencias entre Islas son también elocuentes. Menorca es la Isla que recibe un mayor número de turistas residenciales. Uno de cada dos turistas que visitan Menorca no se aloja en un hotel. En 1997, el porcentaje de visitantes residenciales era del 41,4 por ciento. La cifra total de turistas residenciales de Eivissa y Formentera se acerca a la de Menorca ya que llega al 47,1 por ciento. Es el territorio donde más ha crecido este tipo de turismo ya que, en 1997, el porcentaje de turismo residencial era del 35,3 por ciento.
El análisis estacional del volumen de turismo residencial pone de manifiesto que, a medida que avanza la temporada turística, se incrementa el porcentaje de turismo residencial en relación con la estancias totales, según recoge el estudio. El estudio fue presentado en una conferencia concedida por el propio Riera en la Cámara de Comercio invitado por la Fundación Antonio Maura. En el transcurso de esta conferencia, Riera explicó el nuevo concepto empleado a la hora de calcular el peso de la población visitante en relación con la población total de la Isla. Las cifras globales, ya apuntadas en la edición de ayer de este diario, reflejan que la población máxima de Balears en agosto llega a 1,7 millones de habitantes en un solo día, lo que supone doblar casi la población real de las Islas.
La cifra de población no residente diaria en las Islas ha experimentado un espectacular crecimiento en los últimos años. En 1997, el número de no residentes en Mallorca era de 389.928 habitantes en temporada alta. En 2005, la cifra ya llegaba a los 406.348 no residentes. En temporada baja, los no residentes eran 79.214 diarios en el año 1997. Nueve años más tarde, la cifra era de 62.669. La cifra global ha sufrido, por tanto, un descenso entre 1997 y 2005. Ello no significa que vengan menos turistas, sino que ejercen menos presión sobre el territorio ya que pasan menos días en la Isla.