Después de más de seis meses de retraso, las cinco administraciones que conforman el consorcio del plan de reconversión de la Platja de Palma firmaron ayer el convenio de colaboración para constituir el Consorcio Urbanístico del Plan de Reconversión Integral de la Platja de Palma, que nace sin financiación, pero con el consenso entre Gobierno, Govern, CIM y ayuntamientos de Palma y Llucmajor para llevarlo a cabo. El president del Govern resaltó el hecho que pese a que hay en ciernes dos procesos electorales (autonómicas y municipales en mayo y generales en marzo de 2008), «estamos demostrando todas las administraciones implicadas en este proyecto, que se trata de una cuestión de Estado y de interés general, que esta por encima de las elecciones». En el acto de la firma, que se realizó en la sede del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, estuvieron presentes el ministro Joan Clos, Jaume Matas, así como la presidenta del CIM, Maria Antònia Munar, y los alcaldes de Palma y Llucmajor, Catalina Cirer y Lluc Tomás, respectivamente.
Clos puntualizó, tras la firma, que se trata de una iniciativa innovadora, «ya que es la primera vez que desde el Ministerio se firma un convenio entre administraciones para promover el plan de reforma, de mejora, de una de las estrellas turísticas en el panorama nacional turístico». Y, a falta de una cuantificación de la financiación y definición de los proyectos, explicó el Gobierno «se ha comprometido a destinar esfuerzos económicos, y de trabajo para diseñar un futuro mejor para los destinos maduros. Y en el caso de Palma se trata de ver la compatibilidad entre la playa y los atractivos propios de la ciudad, del turismo urbano». Para justificar esta actuación de reconversión pionera, Clos indicó que se busca renovar la oferta para que «sea atractiva, insólita, especial, única y excepcional», todo ello enfocado, en opinión del ministro, a lograr la desestacionalización.
Tanto Catalina Cirer como Lluc Tomás y Maria Antònia Munar mostraron su satisfacción por el consenso habido para cambiar y reformar este destino turístico maduro, emblemático a nivel nacional e internacional por ser el germen del turismo de masas. Cirer indicó que «lo positivo es que se suman esfuerzos para convertir a la Platja de Palma en el mejor destino turístico español». Munar resaltó el acuerdo final habido entre las cinco administraciones, «que sucede por vez primera en la historia para dar solución a un problema muy importante y que incide directamente sobre la economía: instalaciones obsoletas en la Platja de Palma. El Estado siempre ha ayudado a modificar industrias y somos una comunidad pionera a nivel nacional en materia turística. Creo que ha llegado el momento de que el Estado ayude a recuperar esta zona para seguir siendo pioneros y que participemos todos».