Unas cincuenta mil personas, entre 45.000 y 50.000 según la horquilla ofrecida por la Policía y «más de sesenta mil», según los organizadores, secundaron ayer la convocatoria del GOB y las diferentes plataformas ciudadanas y salieron a la calle para censurar la política territorial del Govern y decir «prou», es decir basta. Los convocantes consideraron un «éxito» la convocatoria y el PP (principal destinatario de las críticas) ofreció su versión poco después. A través de su portavoz Miquel Ramis, que fue delegado del Gobierno, el PP mostró su «respeto» a los manifestantes y dijo que tanto el partido como el Govern «tomarían nota», si bien consideró que las críticas no deberían ir dirigidas al PP. «Yo no descartaría -dijo anoche Ramis-, que incluso se hubiera sumado a la participación algún votante del PP ya que el número de asistentes fue respetable y nuestro partido es el más votado». Según la versión del portavoz popular, el Govern no es responsable del urbanismo de Mallorca. «Han errado el tiro, quiero recordar que el urbanismo de Mallorca es responsabildiad del Consell y de Maria Antònia Munar, que durante años gobernó con los partidos que ayer se manifestaron».
Jaume Matas, el president, vino a decir lo mismo pero no fue tan claro. El Gabinete de prensa difundió unas declaraciones en que tildó la manifestación de política y consideró que es «para cambiar sillas sin que las cosas cambien en absoluto». Según Matas, la izquierda tendría que dar apoyo a UM para gobernar y seguir haciendo la misma política. El protagonismo de la manifestación no fue de los partidos. Los líderes políticos quedaron fuera de la pancarta que encabezaba la marcha, con el lema «Prou destrucció, salvem Mallorca» y optaron por mezclarse entre los miles de manifestantes o bien por ir tras sus propias pancartas.
La manifestación se desarrolló sin ningún tipo de incidentes. La organización fue perfecta y se desarrolló según el guión previsto. Lo más espectacular, aparte de la profusión de lemas y banderas de todo tipo, todas ellas críticas con el PP y Matas (y en menor medida contra UM) fue la salida. Aunque la manifestación se inició a las seis y veinte de la tarde, eran tantas y tantas las personas que se manifestaban que la gente continuaba saliendo a las siete y veinticinco. En esos momentos, la cabecera entraba en la Plaça Major. Eso quiere decir que durante una hora entera todas las calles por las que discurrió la manifestación estuvieron ocupadas. No todos los participantes llegaron a la Plaça Major. Bastantes se quedaron por el camino, concretamente en es Born.