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Más de un cuarto de siglo tras la pancarta

La lucha por la protección del territorio y la defensa de los espacios naturales ha sacado a miles de personas a la calle en Balears desde que un grupo de ecologistas ocupó sa Dragonera para evitar su urbanización

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Es Trenc, Cala Mondragó, Cabrera, sa Dragonera, es Canons, ses Salines... Lugares emblemáticos de las Islas, «postales» de una comunidad autónoma, la de la Balears, que tiene en el turismo su principal fuente de ingresos y en el paisaje su principal reclamo. Pero no sólo.

Es Trenc, Cala Mondragó, Cabrera, sa Dragonera... Espacios ahora protegidos pero, cada uno de ellos, lemas de manifestaciones y símbolos de la lucha por la protección del medio ambiente.

Miles de personas han salido a la calle en diversas ocasiones para exigir la protección de estos y otros espacios naturales. La manifestación que con el lema «Salvem Mallorca» han convocado, para mañana a las seis de la tarde, el GOB y las diferentes plataformas constituidas estos años para oponerse a diferentes proyectos del Consell del Mallorca y del Govern, o de UM y el PP (y a la que se han adherido ya 130 organizaciones) es una más de las manifestaciones que se han celebrado en las Islas contra la destrucción del territorio.

Miquel Àngel March, portavoz del GOB, señala un antes y un después de la lucha por la protección del territorio: la aprobación de la Ley de Espacios Naturales (LEN) en 1991 y la contrarreforma de esa misma ley, un año después, para rebajar el nivel proteccionista.

La lucha por la defensa de Sa Dragonera, que un fabricante de cava pretencía urbanizar, es anterior al nacimiento de Balears como Comunidad Autónoma. Ya ha pasado más de un cuarto de siglo. La segunda batalla proteccionista fue por Es Trenc. Una empresa sueca, en los albores de las autonomía, había planeado una urbanización sobre el mayor arenal de Mallorca.

Diez mil personas salieron a la calle por la defensa de Es tren; a cinco mil reunió la más numerosa que se celebró en favor de la declaración de Cabrera como Parque Nacional; 25.000, ya en el 92, clamaron contra los recortes a la Ley de Espacios Naturales; unas 30.000 se lanzaron a las calles a decir no a las nuevas urbanziaciones, ya en el 88.

La más numerosa de las manifestaciones celebradas hasta ahora es la que se convocó en febrero de 2004. Cerca de 50.000 personas expresaron su rechazo a los proyectos de nuevas carreteras.

Miquel Angel March no quiere, a dos días de las última convocatoria, hablar de posibles cifras de asistencia.

La lucha de los ecologistas también está jalonada de respuestas históricas a sus manifestaciones. Como la que pronunció el entonces presdident Cañellas, desde su despacho del Consolat de ala Mar, mirando las fotografías que habían publicado los periódicos. «He estado mirando las fotos y no he visto a ninguno de nuestros votantes», dijo.

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