La cifra de autorizaciones otorgadas el año pasado es sensiblemente inferior si se compara con las cifras del año 2000. Recién llegado el Pacte de Progrés al Govern, en el año 1999, ante el temor a nuevas restricciones urbanísticas en suelo rústico, las peticiones para edificar sufrieron un espectacular aumento y pasaron de 466 en 1998 a más de 1.200 en 1999. Eso provocó el récord de autorizaciones de 2000, año en que el Consell de Mallorca concedió 810 permisos para construir en el campo.
A pesar de que no se tomó ninguna medida excepcional para impedir la construcción de chalés, hacía pocos años que los metros mínimos para edificar habían pasado de 7.000 a 14.000 metros cuadrados. Descartado el temor a nuevas restricciones, a partir de la punta histórica de 2000 las peticiones, y en consecuencia las autorizaciones, comenzaron a descender de forma progresiva hasta las 254 autorizaciones del año pasado.
La comparación entre las dos últimas legislaturas pone claramente en evidencia este hecho. En el periodo entre 1999 y 2002, un total de 3.300 ciudadanos pidieron permiso para construir una vivienda en el campo. Todo aquel que cumplía los requisitos tuvo la licencia del Consell, lo que suma un total de 2.536 autorizaciones en este periodo.