La Conselleria de Medi Ambient será «implacable» en la aplicación de sanciones contra el uso de artes ilegales de caza. Así lo puso de manifiesto ayer el conseller Jaume Font, que ayer se desplazó al área recreativa de Caubet (Bunyola) para la destrucción de material de caza incautado el pasado año por el Seprona y guardas de la Dirección General de Caça.
En 2006, se abrieron 363 expedientes por infracciones a la Ley de Caza y se decomisó una cantidad considerable de material prohibido que ayer se expuso antes de destruirse. «Son artes ilegales por la crueldad que conlleva y porque no son selectivas», explicó Guillem Lago, sargento del Seprona. Prohibida está la utilización de cepos-trampa metálicos, que se usan para la caza de tordos o petirrojos, pero aun así se incautaron 111 piezas. El uso de jaulas trampa o aparatos electrónicos-cassettes que reproducen el canto de tordos o perdices también es una práctica ilegal habitual y ayer se destruyó más de un centenar de este material.
Incluso hoy en día hay cazadores que utilizan redes o grandes cepos que, según la Llei de Caça aprobada el año pasado, está fuertemente castigado. De hecho, las sanciones económicas oscilan entre los 60 euros por una infracción leve y 12.000 por la más grave.
Font explicó que no habrá problema en cerrar más vedados de caza como ya se hizo con uno en Santa Eugènia y otro en Bunyola. También indicó que serán especialmente duros con el uso de veneno para cazar. De las cuatro milanas halladas muertas, dos se ha confirmado que dos murieron envenenadas. Sobre esta práctica, el titular de Medi Ambient anunció que se trabaja en colaboración con la comunidad andaluza para traer perros que detecten el veneno. Antoni Gómez, director general de Caça, también explicó que es frecuente la retirada de licencia de caza si se cometen infracciones graves.