JAVIER J. DÍAZ
Santa Catalina se ha puesto de moda en los últimos años. Su privilegiada zona, cerca del mar, su gran oferta de restauración y su cercanía con una zona de ocio como el Paseo Marítimo ha hecho que muchas personas se hayan trasladado a ese barrio poco a poco.
Uno de los puntos neurálgicos de la barriada es, sin duda, el mercado de Santa Catalina, que abre cada mañana de lunes a viernes. Este hecho hace que la zona se convierta diariamente en un hervidero de personas que llenan las calles de alrededor.
Esta situación convierte a este barrio en una zona, aunque bastante limpia, no lo suficiente. El ir y venir de comerciantes con sus mercancias, y de personas que disfrutan de la zona de ocio y restauración los fines de semana, hace que el barrio pierda parte de su pulcritud algunos días debido a estos factores.
Sin embargo, la mayoría de ciudadanos que viven o pasan gran parte de su tiempo en esta zona de Palma califican el estado del barrio como de «bueno» respecto a la limpieza, aunque asumen que los fines de semana, sobre todo cuando sale gente, todo se «ensucia» bastante más.
Es el caso de Lucía, que hace años que regenta un negocio en este barrio y que cree que con el paso del tiempo, cada vez está más «sucio» el lugar, y le echa la culpa a los propios ciudadanos, que tiran cosas al suelo.