El comisionado del Observatorio para la Convivencia Escolar de Baleares, Jordi Llabrés, cifró ayer la tasa de conflictividad grave en las aulas en un 3 por ciento y aseguró que la salud del sistema educativo en las Islas «es buena» durante una jornada sobre esta materia celebrada en Palma.
Según explicó Llabrés, éstas son las conclusiones de un estudio realizado por el Observatorio y el Instituto de Evaluación y Calidad del Sistema Educativo en las Islas Baleares (IAQSE), sobre la convivencia dentro de los centros educativos de Secundaria del archipiélago.
Según este informe, realizado en 1.534 alumnos de 72 centros públicos y privados de Baleares, el 3 por ciento de los estudiantes preguntados declaran ser víctimas de al menos cinco conductas que son contrarias a la convivencia semanal o diariamente, incluyéndose entre ellas los golpes, forcejeos, insultos y amenazas, exclusión, intimidación o bromas de mal gusto, entre otras.
Los resultados del estudio señalan que el panorama de convivencia «no es alarmante» y éstos son, de hecho, algo menores que el informe elaborado por el Defensor del Pueblo en el conjunto de España. Además, Llabrés señaló que, pese a haber conductas graves en las escuelas, esto «no significa que la convivencia sea mala».
Al respecto, detalló que la Inspección Educativa registró en el curso 2004-2005 un total de 600 expedientes de sanción grave en las escuelas por diversos motivos (peleas, insultos, rotura de muebles o faltas de respeto, por ejemplo), lo cual supone un porcentaje de un 0,38 por ciento respecto de los 170.000 alumnos que hay en Baleares. Asimismo, amplió que el Observatorio para la Convivencia Escolar en los centros educativos de Baleares ha registrado 34 casos graves desde que se creó en junio de 2005, de los cuales 6 fueron de acoso escolar.
La jornada «Los planes de convivencia escolar: un oportunidad para avanzar», en la cual participan expertos de comunidades con experiencia en la materia, quiere informar a los centros educativos sobre la obligación que tendrán de contar con un plan de convivencia escolar a partir del curso 2007-2008, así como orientarles sobre las herramientas de las que disponen para ello.
El Observatorio es el encargado de proporcionarles parte de estas herramientas ya que, si bien no tiene poder ejecutivo, se encarga de coordinar y dar asesoramiento en situaciones difíciles.