A primeras horas de la tarde de ayer llegaron a Palma los reyes de Suecia, Carlos Gustavo y Silvia. Les acompañaban las dos hermanas de él, princesas Cristina y Margaretta. El avión de la fuerza aérea sueca que los transportaba aterrizó en la base militar de Son Sant Joan pasadas las dos de la tarde. En automóvil se desplazaron a un hotel de la costa de Poniente, en cuya entrada, junto a las banderas de Balears, España y Comunidad Europea, ondeaba la enseña sueca.
Un discreto servicio policial estuvo pendiente de la llegada de tan egregios visitantes, que ocuparon las habitaciones del piso alto del establecimiento turístico con vistas al mar, vistas que disfrutaron por espacio de unos minutos desde la terraza. Al atardecer, en otro vuelo procedente de Estocolmo, llegó la heredera, la princesa Victoria. El motivo del viaje de los reyes de Suecia a Mallorca fue la celebración con la hermana del monarca, Birgitta, del 70 aniversario de ésta, cosa que hicieron por la noche en la casa de un empresario de la zona, a donde llegaron sobre las 20 horas. A dicha cena, pese al carácter privado de la visita, asistieron alrededor de dos docenas de invitados, entre ellos, el president Matas y su esposa. Birgitta de Suecia es una asidua a la Isla, tanto que desde 1990 tiene casa en ella (Santa Ponça). Aficionada al golf, tiene un torneo con su nombre que se disputa anualmente en campos de esa zona del Poniente mallorquín. Está casada desde 1961 con el príncipe Juan Jorge de Hohenhollern, con quien mantiene una relación un tanto distante. A la princesa Birgitta se le tiene que reconocer lo mucho que hace por la Isla, en promoción.
P.Prieto/ J. Aguirre