La noche más esperada del año para todos los niños comenzaba ayer con la entrada de los Reyes Magos a Palma a bordo del Rafael Verdera, el barco más antiguo de la flota española.
Un gran espectáculo de fuegos artificiales, al que siguió una emocionante música, fue el encargado de anunciar a los pequeños la llegada de Melchor, Gaspar y Baltasar a la Isla para cumplir todos sus deseos y regalarles mucha felicidad.
Nerviosismo, aplausos, sonrisas, gritos y mucha emoción fue lo que se vivió cuando los protagonistas de la Gran Cabalgata de Reyes fueron saludando y repartiendo caramelos y mucha alegría a todos los pequeños y mayores concentrados en la Escalinata Real.
Quizá uno de los momentos más emotivos de la tarde fue ver las caras de los niños minusválidos, que visiblemente emocionados, recibían los gestos cariñosos de Sus Majestades.
El buen tiempo, a diferencia del año pasado, provocó que casi 300.000 personas llenaran todo el recorrido de la Cabalgata, que comenzó en la calle Antoni Maura, siguiendo por Conquistador hasta el Ajuntament donde tuvo lugar la recepción a los Reyes Magos por parte de la alcaldesa de Palma, Catalina Cirer, que quiso mandar un deseo especial para todos los mallorquines, «sólo pido para los ciudadanos que tengan todo lo que necesitan para ser felices y vivir dignamente». Tras el saludo desde el balcón del Consistorio a todos los congregados en la plaza de Cort, los tres Reyes volvieron a subirse a sus iluminadas carrozas en forma de estrellas, que se encargaron de conducirles hacia la Plaça Major, para continuar por Sant Miquel, Oms, La Rambla y Jaume III finalizando el gran desfile en el Passeig Mallorca.