Todo apunta a que normalmente la mayoría aprovecha estas fechas para el recogimiento y las reuniones familiares. Nochebuena, cena en casa, asistencia a ses matines y terminar la velada con un buen chocolate caliente. Ésto ha sido hasta ahora lo más tradicional, sin embargo los tiempos cambian y, cada día, es más amplia la oferta gastronómica y de ocio para celebrar por todo lo alto la noche del 24 de diciembre. El domingo pudimos ser testigos de una gran fiesta, que poco dista de las de cualquier fin de semana, de no ser por la celebración especial que en realidad era. Todo tiene otro color en Nochebuena, la primera celebración navideña. Restaurantes, bares, hoteles, salas de fiestas y discotecas llenos, sin pasar de largo los tradicionales y multitudinarios botellones, pese a que lo más grande llegará este próximo domingo, día de Nochevieja, cuando la gente salga casi en masa para dar la bienvenida al año nuevo.
Sin embargo, siguen siendo los más jóvenes los que no renuncian a las marchas de Nochebuena y salieron anteayer a los lugares más habituales de Gomila o el Passeig Marítim dispuestos a prolongar lo máximo esta noche. Entre ellos, pudimos ver caras conocidas como Jorge Lorenzo, que junto a sus amigos disfrutó de la fiesta de Nochebuena en la discoteca Abraxas. La música más actual a la par que comercial llenó de ritmo los distintos locales de la zona. Las chicas salieron de punto en blanco, vestidas casi todas ellas de elegante negro y muchas de ellas, a pesar del frío, con minifaldas. En cambio, los chicos optaron por una vestimenta menos formal que la que lucirán en Nochevieja, es decir huían de los trajes y sólo algunos se pusieron corbata.
Bailar, tomar unas copas, reír con los amigos y gastar las tradicionales bromas navideñas fueron los objetivos de la noche. Sin embargo, la velada también tuvo otros muchos protagonistas; todos aquellos que no pudieron alargar la noche todo lo deseado y, que aún trabajando ayer, hicieron un esfuerzo para disfrutar con los suyos de una buena noche. La siguiente cita dentro de tan sólo seis días, en Nochevieja.
Ana Largo/S. Coquillat