Los hermanos Martorell no están solos y ayer se demostró. Centenares de personas se reunieron en la Plaça de Cort para dar muestras de apoyo a los dos «tamborers» represaliados y expulsados por el equipo de gobierno del Ajuntament por no pertenecer a su círculo ideológico.
Ayer, nuevamente, ciudadanos de Palma dieron una lección a las autoridades municipales del PP con una clase magistral donde imperaron valores tan fundamentales como la humanidad, el compromiso con la justicia y la lucha a favor de la libertad y los derechos de las personas.
Lo hicieron a través de la música, con los sones de los tambores y percusiones. A través de la palabra, con un manifiesto de protesta. Y a través del canto, el de «La Balanguera». Los hermanos Martorell condujeron, así, esta lucha por el terreno que más les gusta: la cultura popular y la música tradicional. El tono poético casó a la perfección con el canto reivindicativo de la jornada.
El resto, la ciudadanía, los acompañó con fuerza y les dijo que este camino no lo harán solos. Ciertamente, estaban todos. La Plataforma Salvem la Real, organizadora del acto, miembros de la Obra Cultural Balear, GOB y personalidades políticas como Francina Armengol, Aina Rado, Aina Salom, Joan Lladó, Eberhard Grosske, Tomeu Carrió, Antoni Esteve y Jaume Sastre, del Lobby per la Independència, entre muchos otros, además de los ciudadanos incondicionales, afines a la causa.