A las 8.30 de la mañana, tras más de una hora de preparativos, la gigantesca grúa de Pol comenzó a izar a los cielos la caja de madera que contenía a San José con el niño Jesús, esculpido en mármol blanco en Italia, en el estudio que el artista Arriechi Rinaldo posee en la localidad de Pietra Santa. La imagen ha sido adquirida, a través de catálogo, por las monjas de clausura de Santa Teresa, cuyo monasterio se halla en la Rambla palmesana, un San José al que se le ha tenido que hacer un pequeño liftin dado que el original estaba algo envejecido.
La ascensión al cielo y descenso a la tierra, todo, ya decimos, gracias a la grúa gigantesca, duró no más de cinco minutos. El espectáculo fue seguido por todas las monjas -21-, algunas de ellas desde la terraza del fondo, monjas casi todas ellas mallorquinas, algunas bastante mayores -entre ellas media docena en silla de ruedas-, y el resto jóvenes, dos o tres muy jóvenes, señal de que la vocación no se ha perdido.
Además de los operarios de la grúa, allí estaban dando el callo Paco Frau, Luis Alemany, arquitecto del convento, y Dani Serra, que ha prestado su camión para trasladar la imagen desde el almacén al convento. Según nos contó la superiora de Santa Teresa, este San José con el Niño adquirido gracias a ayudas, y que quedó instalado en el jardín del monasterio, ha sido nombrado sub prior perpetuo del recinto -la prior es la Virgen, nos aclararon- y lo ha sido por unanimidad.
Pedro Prieto