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Una noche infernal

El espectáculo de los Dimonis d'Alaró fue el preludio de una fiesta que se prolongó hasta la madrugada

Ecorrefoc de los Dimonis d'Alaró recuperó el miércoles por la noche la tradición y volvió a recorrer las calles Jaume Armengol y Bisbe Llompart hasta llegar a la plaza Antoni Fluxà después de que el año pasado el espectáculo se redujera a la plaza por quejas de los comerciantes. El cambio ayudó a crear más espectáculo y mucha gente contempló ecorrefoc desde la plaza Llibertat, viendo así como se aproximaban los dimonis y el sonido de los timbales.

El gran atractivo fue el gran murciélago fantástico conocido como Na Marranxa, que lo iluminaba todo cuando se encendía y bailaba con los más atrevidos. La tradición de este espectáculo -que ya hace siete años que corre a cargo de los Dimonis d'Alaró- hace que muchos jóvenes acudan preparados con capuchas a bailar debajo del fuego y de toda la pirotecnia montada por las calles en las que transcurre el espectáculo.

Cuando los dimonis llegaron a la plaza Antoni Fluxà la batucada y el espectáculo cobraron aún más fuerza hasta concluir con una traca final con fuegos artificiales incluídos y una lluvia de bengalas que algunos se atrevían a cruzar como si se tratara de una ducha de fuego. El espectáculo concluyó con el sonido de los timbales y con un nutrido grupo de gente bailando a su alrededor. Concluído ecorrefoc el ambiente de la marcha de Inca se dispersó. Algunos se quedaron a escuchar el rock de la plaza Antoni Fluxà y la mayoría optó por las carpas con gogós y música house del Born.

M.M.

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