GABRIEL ALOMAR
La meteorología desigual registrada durante este mes, con bajas presiones, ha afectado a la dársena de Can Barbarà de Palma donde tienen su atraque numerosas embarcaciones de recreo, como llaüts y lanchas de pequeño porte. Pese a sus reducidas dimensiones no han podido atravesar en determinadas horas el puente del Passeig Marítim que constituye su única salida al mar abierto en ambos sentidos de entrada o de salida, con los inconvenientes que ha supuesto para sus tripulantes que en algunos casos se han visto obligados a lastrar de forma artificial las embarcaciones con otras personas para bajar la flotabilidad. Como dato anecdótico, en un caso concreto su patrón tuvo que invitar a subir a 17 personas para poder pasar. Circunstancias similares se repiten con cierta frecuencia en momentos de marea alta y baja presión atmosférica. El puente del Passeig Marítim se construyó durante la década de los años 50. Antaño, la dársena de Can Barbarà constituía una ensenada popular debido a sus célebres baños como playa de El Terreno. En una primera fase, la nueva carretera de enlace entre Palma y Portopí constaba de dos carriles que se ampliaron a los actuales durante los años 70, coincidiendo con la ubicación de los pantalanes del Club de Mar. Dichas instalaciones limitaron la entrada y salida a la dársena a un único paso, condicionado por las limitaciones meteorológicas.
La marea alta bloquea Can Barbarà
La baja altura del puente se ve afectada por las condiciones meteorológicas