La resolución del Consell Polític de UM de designar a Maria Antònia Munar como candidata al Govern y al Consell lleva implícita una carga política de primera magnitud. Munar ha dejado clara su estrategia y su postura de cara a futuros pactos postelectorales. UM se presenta como la «verdadera opción» de gobierno en todas las instituciones de Balears y considera que el escenario hoy ha quedado reducido a sólo tres opciones políticas con capacidad de gobierno. Excluido el Bloc como opción nacionalista, a juicio de UM, el partido de Munar se sitúa en el centro ideológico y por ello se ve con posibilidades de gobernar con PP o PSOE. En su resolución, el Consell Polític de UM advierte que no quiere formar parte de ninguna mayoría que no sea fruto de la voluntad de los electores. Éste es el principal mensaje que ha lanzado el partido que dirige Munar cuando faltan escasos meses para las elecciones. Es decir, UM no asumirá cargos si no puede ser decisiva. UM no aceptaría ninguna «limosna» del PP en caso de que la formación que preside Matas tuviese mayoría absoluta en las principales instituciones de Balears.
Desde hace tiempo, el propio Matas ha repetido que contará con UM de cara al futuro, independientemente de que el PP tenga o no mayoría absoluta. Frente a posturas mucho más vehementes de sus compañeros de partido, Matas quiere alcanzar acuerdos de cara al futuro para garantizarse el apoyo de UM cuando el PP no tenga mayoría absoluta, una mayoría absoluta en Mallorca que la formación conservadora y, sobre todo, sus miembros y simpatizantes más radicales buscan con ahínco. Para ellos el objetivo es mandar a UM y a Munar al destierro político. Munar lo sabe y afirma que no aceptará ser «convidada de piedra» en un hipotético gobierno hegemónico del PP. Munar apuesta fuerte. No renuncia a nada, ni da por hecho ningún pacto. Es un aviso a navegantes, sobre todo al PP.