Los ciudadanos de las Islas dispondrán, en el primer semestre de 2007, de la receta elecrónica, que este mes de septiembre ya se podrá utilizar, por primera vez y como experiencia piloto, en los centros de salud y farmacias del Àrea de Salud de Eivissa y Formentera.
Los usuarios del sistema público de salud podrán acudir a la farmacia sin receta médica, gracias a un sistema informatizado que autorizará a los farmacéuticos a acceder a las prescripciones médica que dispensen los facultativos, sólo con la tarjeta sanitaria del paciente.
El objetivo de la receta electrónica, tal y como confirman desde la Conselleria de Salut y el Servei Balear de Salut (IB-Salut), es que el ciudadano, después de salir de la consulta del médico pueda ir directamente a la farmacia y sólo con la tarjeta sanitaria obtener el medicamento recetado por su facultativo.Para ello se ha creado una base de datos a la que, por el momento, tendrán acceso todas las farmacias del Àrea de Salud de Eivissa y Formentera, y en la que los médicos introducirán las recetas que prescriban a los usuarios.
La intención de la Conselleria de Salut i Consum es que la misma base de datos que se ha implantado en las Pitiüses también sea implantada en Mallorca y Menorca, y podrá empezar a ser utilizada todas las Islas en el primer semestre de 2007.
Por otra parte desde el Colegio Oficial de Farmacéuticos de las Islas Balears (COFIB), se apoyo totalmente la idea de la Conselleria. Así lo manifestó el presidente de la institución colegial, Antoni Real, quien ha abogado reiteradamente por la implantación de la tarjeta electrónica que evitará el fraude.
También desde el Colegio Oficial de Médicos de Balears (COMIB) se ha apoyado la idea del Govern, y al mismo tiempo la creación de una receta médica privada unificada, tal y como explica la directora general de Farmàcia, Francisca Gili, «lo que se quiere es ejercer un mayor control».
La receta electrónica de la sanidad pública es un primer paso que podría completarse en un futuro más o menos próximo con la implantación de una receta privada única para «controlar la gran cantidad de falsificaciones de recetas médicas privadas», explica Francisca Gili.