JOAN J. SERRA
«En Senegal estamos desbordados por la crisis de los cayucos y no tenemos medios para solucionarla. Es un problema internacional y la ONU debe intervenir». En estos términos se manifestó ayer en Palma el ministro senegalés de Senegaleses en el Exterior, Abdoul Malal Diop, de visita en Mallorca para asistir al Saló de l'Habitatge, donde se ofrecerá a los inmigrantes de este país africano la posibilidad de comprar casas en su tierra.
Malal Diop reconoció que «la crisis de los cayucos desborda tanto a España como a Senegal y se presenta como el gran desafío para el siglo XXI. Para al menos paliarlo son necesarios múltiples esfuerzos internacionales, por lo que el asunto no concierne a un solo país, que de todos modos no tendría medios para solucionarlo, sino a las Naciones Unidas. Y las soluciones parciales nunca son efectivas, hay que ir a la raíz. Ni siquiera Estados Unidos, con todos sus grandes medios, puede controlar el paso de inmigrantes ilegales por la frontera mejicana. Es por ello que no se puede exigir a un país como Senegal soluciones efectivas e inmediatas. No es nada fácil asegurar las fronteras marítimas y Senegal no tiene medios logísticos para parar este movimiento».
El ministro senegalés afirmó que «el mundo es una aldea global y resulta imposible plantear un escenario de futuro en el que España y los países europeos sean el 'paraíso', mientras Àfrica vive en la miseria».