Se acabó agosto, y con su final, aparte de decir adiós al Verano Real, de despedir al mes más glamuroso de todos en cuanto a noticias, empezamos un nuevo mes que en su primera quincena vendrá marcado por la vuelta al cole y por que determinadas zonas turísticas de la Isla, especialmente la Platja de Palma, verán llegar a los Kegel Clubs, o dicho de otro modo, dinerito fresco. Pero vayamos por partes. Con el cerrojazo de agosto decimos adiós a la Familia Real, que ha permanecido en Marivent desde mediados de julio; decimos igualmente adiós a los muchos ilustres, y no tan ilustres, veraneantes que hemos tenido a lo largo de estos sesenta días y que, junto con los Reyes y Familia, han copado en gran parte los programas del corazón nacional y local.
Despedimos a nuestros queridos colegas, los paparazzi, como se les llama, jóvenes y no tan jóvenes periodistas, algunos fieles a los veranos de la Isla, otros recién estrenados en él, pero que gracias a ellos los nombres de Mallorca y Balears suenan a diario en todo el país -y Europa también, a través del «Hola», por ejemplo-, profesionales de la noticias no siempre bien tratados ni reconocido en la medida justa su trabajo, de los cuales, ahora mismo, quedan sólo tres, dos de la agencia Korpa y uno de Europa Press; decimos también adiós a los veraneantes anónimos que procedentes de Madrid, Barcelona y otros puntos de la geografía española, acostumbran a pasar una o dos semanas en la Isla -aunque también despedimos a otros grupos similares hace un mes, al finalizar julio-; veremos como, si bien en la Platja de Palma apuntada anteriormente sube considerable el número de turistas germanos, en otras zonas -Magalluf, por ejemplo-, a partir del diez de este mes se notará el bajón, pese a lo cual todo -la oferta complementaria especialmente- seguirá abierto, funcionando, hasta finales y a partir de ahí menguando progresivamente hasta el cierre casi total, que puede ser a mediados de octubre -siempre que el ajuntament de Calvià no lo impide a base de eventos-, fechas en las cuales podremos decir adiós a una temporada que si cuantitativamente, y sobre los papeles y estadísticas, pasará como buena, cualitativamente no lo ha sido tanto.
Bastará con mirar la caja y hacer números. A lo largo de este mes que comenzamos, lugares como Puerto Portals, uno de los escenarios del verano mallorquín donde quien quiera que se sepa que está en Mallorca debe de desfilar por su pasarela, verá también reducida su actividad. Y es normal. Sus habituales tienen que ponerse el mono de trabajo tras haber cerrado sus casas y amarrado sus embarcaciones de recreo en el pantalán, ya que la mayoría de ellos, o poseen residencia en la Isla, o están en un barco. Y, como nos tememos, eso se va a notar a poco que eche a andar este mes.Pedro Prieto