El Palacio de la Almudaina fue anoche el escenario que acogió la tradicional cena de despedida de los Reyes. Acompañados de los príncipes de Asturias y los duques de Palma, don Juan Carlos y doña Sofía pusieron fin a su verano mallorquín en un convite al que asistieron autoridades civiles y militares de Balears. En el posado fotográfico ante la prensa pudo apreciarse la discreta elegancia con que ayer vestían doña Sofía y su hija Cristina. La Reina lucía un pantalón malva y una blusa camisera a juego de tono más oscuro. La Infanta, por su parte, escogió el blanco para su vestido por encima de la rodilla, un atuendo que venía a resaltar la esbelta figura de la que puede presumir la duquesa de Palma. La nota de espectacularidad, sin embargo, la puso la princesa de Asturias, doña Letizia, quien se mostró radiante gracias a un vestido blanco con estampado de rosas de vivo color rojo y un lazo a la cintura que entallaba su fina silueta.
El sector femenino de la Familia Real suele dar buena muestra de que el arte de vestir no está para nada reñido con la apuesta por una línea glamurosa a la par que sobria. La conjunción de las últimas tendencias y el buen gusto tradicional de que suelen hacer gala doña Sofía o Letizia parece haber sido ejemplo para las representantes de las altas esferas sociales de las Islas. La alcaldesa de Palma, Catalina Cirer, en esta ocasión, acertó plenamente con la elección de su atuendo, un vestido color hueso con chaqueta amplia a juego y estampado claro de flores en tono rosa.
La presidenta del Consell Insular de Mallorca, Maria Antònia Munar, aprovechó la ocasión para vestir una falda de tubo de color azul oscuro, que combinó con una chaqueta entallada color vino de amplia solapa, ambas con un discreto brillo.