El Govern balear, del PP, y la oposición política se cruzaron ayer todo tipo de reproches y descalificaciones en una insólita sesión plenaria que puede repetirse la semana próxima y la siguiente si los dos grandes partidos, PP y PSOE, no pactan los órdenes del día de las sesiones a celebrar durante el periodo estival.
El presidente de la Cámara, epopular Pere Rotger, se vió desbordado en varias ocasiones por el devenir de los acontecimientos y pudieron escucharse intervenciones de gran efectismo, casi melodramáticas, como la protagonizada por el diputado Miquel Rosselló (Esquerra Unida), que acusó al PP de «enfangar» la actividad política y de desprestigiar a los políticos lanzando el mensaje de que «no trabajaban». Tanto Rosselló como Diéguez echaron en cara al president Matas que hubiera llamado «vagos» a los diputados de la oposición.
Antoni Diéguez, además, protagonizó otro momento de gran tensión cuando, bajo un enunciado aparentemente inócuo, preguntó a la vicepresidenta Rosa Estaràs por «las consecuencias que va a tener en sus actividades como consellera el resultado del referéndum sobre el Estatut catalán».
Estaràs le dijo que ninguna y el diputado socialista le replicó con un dardo envenenado. Le acusó de regar algunas comidas con champagne Moët&Chandon «de 55 euros» por su boicot al cava catalán y luego pasar la cuenta al Govern tras haber pactado con el restaurante camuflar la marca del espumoso bajo el concepto de varios. Estaràs optó por no contestarle por considerar esa declaración impropia de un parlamentario.No fue el único momento tenso. El president Jaume Matas y la portavoz socialista Francina Armengol se cruzaron acusaciones en torno a casos de corrupción a cuenta de la presunta participación del alcalde de Santa Margalida, Antoni del Olmo (PP) en un caso de corrupción urnbanística. El president señaló que no había nada probado y que tomaría medidas si se probara. Pero antes lanzó un nombre, Margarita Nájera, ex alcaldesa de Calvià acusada también de corrupción en su época de alcaldesa. Bronca impresionante en los bancos socialistas y un comentario de Diéguez, desde su escaño, que debió oír el president: «dame las pruebas, espía».