Cuenta la tradición que, hace más de un siglo, una madrugada de 24 de junio justo en el momento en que despuntaba el alba, a las 6.20 horas, la magia impregnaba Manacor. Es Vimer, el árbol centenario de la posesión de s'Hort des Correu de Manacor descubría sus propiedades curativas para sanar a los niños o niñas menores de 12 años que padecían hernia.
Desde entonces no ha pasado un solo año en que la familia Sureda no haya abierto las puertas de su casa a todos aquellos que quieran creer. Es un rito mágico. «Hay que tener fe y creer en las cualidades curativas de es Vimer en la madrugada de Sant Joan», comentaba Sebastiana Sureda, una de las herederas de la tradición que ayer se encargó de pasar a los niños por este árbol.
Volvía a cumplirse un año más el rito y la tradición.
Hasta 27 niños y niñas llegados desde toda Mallorca eran pasados desnudos entre el corte transversal de las ramas del Vimer y se les frotaba la zona herniada con la savia del árbol.
El ritual empezó en s'Hort des Correu sobre las 05.00 horas de la mañana. Tres generaciones se implicaron en el rito. Los miembros de la familia Sureda empezaban a preparar y cortar por la mitad las yemas nuevas de los dos 'vimers' hasta llegar a la treintena, una rama que se asigna a cada niño con hernia.
Mientras iban trabajando en el árbol curativo, iban llegando los primeros chiquillos. Algunos dormidos, otros, en cambio, bien despiertos pues su madre les había contado que irían a ver un árbol mágico con propiedades curativas. Los llantos también forman parte de este ritual pues son muchos, sobre todo los más pequeños, los que se asustan ante lo desconocido y no quieren pasar por las ramas.
Se asigna a cada niño con hernia un número y unas cintas de colores que se ataran posteriormente a las ramas por las que se haya pasado al pequeño para que después puedan seguir su evolución. Los padres cogen una cinta de rafia y envuelven la rama. Posteriormente es cerrada con barro. Se deja pasar un tiempo y si vuelve a sacar hojas es señal de que el rito se ha cumplido y que el niño habrá curado su hernia.
A finales de julio, los padres suelen acercarse hasta s'Hort des Correu para ver si la rama se ha saldado y ha sacado nuevas hojas o por el contrario se ha secado por lo que no se habría curado.
(texto y foto)