El president del Govern, Jaume Matas, se desmarcó ayer de la contundente oposición del PP nacional a los resultados del referéndum en Catalunya y felicitó a los ganadores de la consulta, es decir, a quienes votaron a favor de la reforma catalana. A pesar de esta felicitación, el president afirmó que los políticos deben hacer una reflexión sobre la baja participación de los ciudadanos en este proceso. «Es evidente que estas propuestas son una iniciativa mucho más ligada a los políticos que a la propia ciudadanía», señaló el president del Govern. A pesar de esta reflexión sobre la alta abstención, Matas aseguró que la baja participación no deslegitima los resultados del referéndum catalán.
Para el secretario general del PSIB, Francesc Antich, la reforma del Estatut catalán que ayer quedó consagrada mediante su aprobación en referéndum será un instrumento fantástico para la nueva situación política que se ha iniciado en Catalunya. Afirmó que el mayoritario apoyo del 'sí' es una buena noticia y, aunque reconoció que la abstención había sido muy alta, aseguró que los niveles de participación entre los ciudadanos catalanes también habían sido elevados. Además de PP y PSIB, el resto de partidos de Balears también dieron su opinión sobre los resultados del referéndum catalán. Miquel Nadal, en representación de UM, destacó la coincidencia entre el apoyo que ha logrado el Estatut catalán entre los ciudadanos y el que logró el proyecto balear en el Parlament. «El 75 por ciento de los ciudadanos catalanes ha votado a favor, que es casi el mismo porcentaje de apoyo de los partidos políticos de las islas el Estatut balear», destacó Miquel Nadal.
Para Pere Sampol, del PSM, la participación fue un poco baja, pero es superior a muchas otras consultas realizadas e incluso muy superior a la que se esperaba en un principio. «La postura más derrotada ha sido el apoyo al 'no' y ha dejado al PP en una situación terminal en Catalunya», opinó Sampol. Por parte de Alternativa EU-EV, Miquel Rosselló afirmó que la baja participación es preocupante, pero también preciso que evidencia una «enfermedad» de la democracia «y no del Estatut». Rosselló lamentó el «divorcio» que existe en la actualidad entre la política y los ciudadanos y afirmó que el «sí apabullante» demuestra que el mensaje del PP de que España se rompe era equivocado.