Que los bailes tradicionales de Mallorca no tienen edad lo sabemos todos, pero en ocasiones sorprende que de cada vez se empieza más temprano. Lo pudimos comprobar en la Escola de Música i Danses de Mallorca, donde se instruye a nuevos bailarines desde los tres años, aunque algunos de los que encontramos el día que los visitamos empezaron a los dos, como Laia Costa, que además de no perderse una clase va a todas las ballades que puede acompañada de su padre, miembro del grupo. Y es que seguir los pasos de sus progenitores parece ser el principal gancho para ellos. Así, Pere, de cuatro años, hijo de una de las profesoras y miembro del grupo, no sólo se arrancaba a bailar sin apenas saber andar, sino que toca etamborino desde edad temprana. La mamá de Blanca Amorós aprendió en la Escola y no dudó en matricularla en cuanto tuvo la edad, y ahora se conforma con mirar cómo ésta aprende, ya que hasta que su segundo hijo tenga edad suficiente no puede agregarse a la clase; y es que, una vez adquiridos los conocimientos básicos, los pequeños se unen a los mayores en la misma sala, de este modo cuentan con más alicientes. En el centro también se imparten clases de instrumentos tradicionales y en ellos se han formado los hermanos Pere y Biel Frontera, que ahora tienen 14 años, aprendieron a bailar con cuatro y desde hace tres se miden con xeremies, flabio y tamborino, aunque como vemos en la foto empiezan a arrancarse por mateixes con guitarra capitaneados por su hermano mayor, Joan, que no le tiene miedo a nada, ya sea guitarró, xeremia... Con estos ejemplos queda claro que la cultura popular goza de buena salud.
Lydia E. Larrey