La voz de la mujer ibicenca y menorquina se hace escuchar a menudo en el Parlament de les Illes Balears. Joana Maria Barceló (PSOE), María José Camps (PSOE), Maria del Carme García (PSOE), Maria Anna López (PP), Misericordia Sugrañes (PP) y Assumpta Vinent (PP) son las diputadas por Menorca, mientras que Patricia Abascal (PSOE), Pilar Costa (PSOE) y Carolina Torres (PP), son las representantes de Eivissa. Ellas, cada semana durante el curso parlamentario, deben viajar a Mallorca una, dos o tres veces. Depende de las comisiones que tengan. Pero como mínimo, una. Los martes, en que hay pleno del Parlament. Hay quienes se quedan, sobre todo si al día siguiente tienen comisión. Pero incluso así, prefieren regresar aun a costa de tener que volver a viajar al día siguiente. «Yo tengo una abuela de 98 años -nos dijo la menorquina Camps- y cada noche procuro meterla en la cama».
Lo que si está claro es que una cosa es el hemiciclo y otra lo que pasa lejos de este foro. Es decir, desde el estrado cada cual defiende a su partido. Fuera de él comparten el taxi para ir al aeropuerto o la mesa, como hicieron el martes Camps, Abascal, Vinent y Sugrañes, socialistas y peperas en el Kuidat-t, donde fueron a almorzar. Ese día faltó, aunque de forma justificada, Carme García (PSOE). Había sido madre, y entre el crío y el Parlament, pensando que éste quedaba protegido por sus compañeros, optó por quedarse con su hijo, al que en próximos viajes a Palma se podrá traer y dejarlo en la guardería sita en el mismo edificio, donde también ha dejado al suyo su compañera de partido, y vecina de escaño, Pilar Costa, al que ahora,