A las diez de la mañana de ayer, día de Pentecostés, y a dos días del Día de la Bestia, o del demonio, el 6 del 6 del 6, o 6 del mes 6 del año 2006 (la Bestia se identifica por el número 666), la Hermandad del Rocío de Palma de Mallorca, sin por ello tocar madera, sino que llevando por delante sus atributos y 'simpecado' y banderas, junto con el resto de hermandades -105- fueron a misa en el Real, cerca de la ermita, a donde llegaron en procesión, con la bandera de Mallorca abriendo el cortejo. Misa multitudinaria, no sólo por los sacerdotes que la celebraron, sino por los cientos de miles de fieles -por aquí se habla de más de un millón, ayer, y más de tres a lo largo del año, que son bastantes más que, por ejemplo, los peregrinos que van a Tierra Santa y Guadalupe (México), lo que le deja en quinta posición del ránking mundial de santuarios Marianos, por detrás de el Vaticano, el líder, Lourdes, Clara Montana (Polonia) y Fátima- casi todos ataviados al uso, de corto ellos y de traje de gitana, ellas. Algo digno de verse, sobre todo por su espectacularidad y colorido. Y envolviéndolo todo, la caló. ¡Uf, que caló, hizo! ¡Tela! Calor que agradeció todo el mundo, ya que el Rocío sin polvo y sin caló no es Rocío.
Aparte de la misa, hubo pocos actos a lo largo del día. Rosario a media noche, sobre las tres o las cuatro de la madrugada, y a continuación el salto a la verja y rescate de la Paloma Blanca, que sí logro entrar en la ermita -y los almonteños me permiten hacer fotos-, les contaré mañana.
Por lo demás, el día transcurrió sin muchas novedades más. Por la casa de la Hermandad -la oficial, que de Mallorca hay cinco casas en la aldea, cuyos moradores, al menos una o dos veces al día, terminan coincidiendo en una o en otras- desfilaron numerosos mallorquines o gentes vinculadas con la Isla, entre otros la pianista Eloisa Martín, que llegó con Máximo Valverde (nos contó Eloisa que estaban en el Rocío, junto con Parada y Marujita Díaz para hacer una grabación para Ono Televisión), los rocieros de sa Pobla e Inca, Rodrigo Ferrer, Miguel Molina y Paco Matamalas, que habían hecho el Camino con la Hermandad de Triana habiendo sido estos dos últimos bautizados como rocieros en el río Gema. Se pasó también por la casa el padre Quevedo, que es el más rociero de todos los curas rocieros, autor de numerosos poemas, que contó que venía de bautizar a nuevos rocieros en la casa que otros mallorquines poseen en la plaza de Doñana, y los jinetes mallorquines Santiago Pérez, Carlos Prada, Antonio Cazorla, Xisco Pizá, Jesús Miranda, Julián Miranda y Manolo Malagón. ¡Ah, bueno! La noche anterior, la Hermandad vecina, que es de Málaga, se acercó a la casa de la de Palma a darles la bienvenida como Hermandad Filial. Depositó un ramo de flores ante el 'simpecado' y uno de sus miembros recitó una poesía de bienvenida. Amistades que uno hace cuando menos se espera.
Y mañana, ya digo, si puedo y me dejan, les contaré el salto a la verja.