«Tranquilos, habrá Estatut». Éste es el mensaje que ha lanzado Jaume Matas en las últimas horas antes las dificultades que se presentan en la negociación estatutaria. El president está convencido de que podrá salvar todos los escollos en las reuniones que mantendrá con el líder socialista, Francesc Antich, a partir de ahora y hasta el 13 de junio. De hecho, Matas y Antich ya han mantenido contactos extraoficiales por vía telefónica.
Y la postura de Antich está algo alejada del mensaje pesimista que lanza durante los últimos días la portavoz, Francina Armengol. El Consell de Formentera y los 3.000 millones para mejorar la financiación son los aspectos más irrenunciables para Matas. Por lo demás, el president está dispuesto a negociar, aunque Matas no quiere que el Estatut balear sea una fotocopia del texto catalán.
Pese a su optimismo, el president recordó ayer que el Parlament puede retirar de forma unilateral la propuesta de reforma de Estatut en cualquier momento de su tramitación en el Congreso de los Diputados, menos cuando sea sometido a votación. Si los cambios alteran el contenido del texto, se puede retirar.