Tiene 64 años, es de Inca y puede presumir de ser uno de los 750 participantes en el XXI Marathon des Sables. Sebastià Garí fue uno de los 600 participantes que consiguieron cruzar la línea de llegada del maratón de siete días que se celebra en el desierto del Sáhara. Recorrió un total de 230 kilómetros de un duro camino bajo el sol. Tras regresar de su inolvidable experiencia, Sebastià Garí afirmó que «lo mejor de todo es volver a Mallorca porque uno se da cuenta de lo bien que estamos aquí».
Este desafío, que tiene origen francés, significa «maratón de arena» y es reconocido como la carrera más dura del mundo. Esta calificación es bien merecida si consideramos que todo aquel que quiera intentarlo deberá cruzar durante siete días una tierra de nadie con temperaturas de más de 50º con tan sólo una mochila de autosuficiencia.
A estas condiciones hay que sumar la restricción que la organización impuso durante los primeros días del recorrido con el suministro de agua para los corredores. Esta decisión se vio modificada ante el excesivo número de bajas. Normalmente en un maratón de estas características se suelen contabilizar entre 25 y 30 bajas, pero en esta edición, ya en la tercera jornada se sumaban un total de 130. Estas circunstancias obligaron a la organización a recortar en 12 kilómetros la carrera más larga, que era de 80 km, y a aumentar la cantidad de agua que se suministraba a los corredores.
Carolina Gómez