GABRIEL ALOMAR
El Centro Balear de Uruguay celebró ayer en Costa Nord el centenario de su fundación con la celebración de una emotiva video-conferencia en la que participaron distintos familiares de emigrantes. El acto, presentado en Valldemossa por la vicepresidenta del Govern, Rosa Estaràs, y coordinado desde Montevideo por la presidenta del Centro Balear de Uruguay, Rosa Lladó, contó con la participación de la consellera de Immigració, Encarnación Pastor, y la consellera de Presidencia, Rosa Puig, desde Uruguay, entre otras autoridades. La historia de las relaciones entre Mallorca y Uruguay, explicó Estaràs, se remontan al siglo XVIII con las primeras oleadas migratorias, pero fue entre 1880 y 1930 cuando alcanzó su apogeo. Entre 1930 y 1950 tuvo lugar otra etapa crucial cuyas imagenes de la despedida en el muelle con el trasatlántico soltando amarras fue proyectada en un vídeo recopilatorio de la memoria de quienes se marcharon con lo puesto. Durante aquellos años 103 vecinos de Valldemossa zarparon rumbo al país latinoamericano.
En 1875 se inauguró el precursor Centro de Socorros Mutuos y en 1906 tuvo lugar la fundación del Centro Balear Sa Roqueta. La transmisión en directo, amenizada por el grupo musical de Els Valldemossa y el Uruguay Fusion, mostró su faceta más entrañable cuando a través de la pantalla aparecieron los primeros familiares, separados por las necesidades económicas, muchos de los cuales no pudieron contener las lágrimas. Fue el caso de Margalida Calafat y su primo Miquel Torres, quien desde Montevideo recordó su estancia durante un año en la Valldemossa de 1952 entre los aromas culinarios de platos como etumbet.
Jaqueline Colman narró la dolorosa separación de su hijo y su marido desde hace un año y dos meses en que, con el propósito de mejorar su situación económica y buscar sus raíces mallorquinas, decidió emprender el viaje. Un toque de humorística humanidad fue aportada por el glosador y socio honorífico del centro balear, Martí March, de 98 años, quien reside en el hogar español y mantiene vivos sus recuerdos automovilísticos cuando ejercía de chófer en Mallorca. Un caso comparable al de Antonia Rubí, de 106 años, nacida en Uruguay y residente en sa Cabaneta. Mari Carmen Ribas y su madre Rosita mantuvieron la emoción en un momento que calificaron de «sublime». Otro encuentro cargado de recuerdos fue el que protagonizaron Nicolás y Marilen Enseñat con su primo Carlos o Joan Boscana con la propia Rosa Lladó, quienes mantienen viva su relación por telefóno.