MONICA GONZALEZ
Cada año, cuando se abre el plazo para solicitar plaza escolar para los más pequeños comienza para las familias un calvario que no acaba hasta junio, cuando se conocen las listas definitivas de admitidos en los centros públicos y concertados.
Cuando llega ese momento de la elección del colegio, cada padre y madre aplica sus propios criterios. Las familias se guían, sin duda, por aspectos totalmente distintos, desde el que escoge el colegio por comodidad, hasta el que lo hace por motivos más concretos como la educación religiosa o la lengua en que se van a impartir las clases.
La primera dicotomía es decidir si se desea un centro concertado, que en su mayoría, pero no todos, son religiosos o un colegio público y laico. Ahí, las posibilidades de elección se reducen, ya que en Balears existen 272 centros laicos, la mayoría públicos, y 91 religiosos, todos concertados menos uno, San Cayetano.
Salvada esta cuestión, para muchas familias, la prioridad es encontrar un colegio cercano al domicilio familiar, por la comodidad que para el escolar y para los padres supone el poder ir caminando al colegio y, además, poder extender el ambiente del colegio al barrio en que se habita.
También el tipo de jornada es importante para algunos progenitores, ya que cuando los progenitores trabajan fuera de casa pueden considerar una ventaja que los niños tengan jornada partida, lo que les hará decantarse por un centro concertado, ya que la mayor parte de los públicos disponen de jornada intensiva.