Hay besos apasionados y otros llenos de ternura y de cariño. Hay besos que representan el inicio de una historia de amor y otros que son el preludio de un adiós o de una despedida. Hay besos protocolarios y besos sinceros, besos robados y besos perdidos. Y gracias al cine y a la fotografía, millones de personas hemos podido ser espectadoras de algunos besos que ya serán para siempre eternos, y que, de alguna manera, forman también parte de nuestros mejores recuerdos, aunque nosotros no hayamos sido protagonistas de ninguno de ellos ni de otros semejantes o parecidos... ni a lo mejor vayamos nunca a serlo. 'El beso', de Robert Doisneau, quizás sea la fotografía más conocida en este sentido. Es posible que su magia radique en que parece una imagen improvisada, cuando en realidad fue todo lo contrario, y también en que fue tomada en París, la única ciudad del mundo en que parece que podría ser realizada una fotografía así. 'Kiss the war goodbye' fue realizada al otro lado del Atlántico, en Estados Unidos, en 1945, y su autor fue Victor Jorgensen. En ella queda constancia de la gran alegría de un soldado por el final de la Segunda Guerra Mundial. En todos los periódicos del mundo se publican siempre, de forma regular, fotografías de besos, y aunque seguramente ninguna llegará a ser nunca tan mítica como aquellas dos, al menos compartirán todas ellas una misma condición: sus besos serán eternos.
Josep Maria Aguiló