MONICA GONZALEZ
La presencia o aprovechamiento de la universidad balear en el conjunto de la economía y del entorno de la sociedad de las Islas es menor que en otras comunidades. Esto se manifiesta en el indicador del número de habitantes por cada estudiante universitario, en el que Balears está a la cola, con 68,7 frente al 27,7 de media nacional.
Así lo afirmó ayer Martí Parellada, coordinador general del informe de la Fundación Conocimiento y Desarrollo sobre «La contribución de las universidades españolas al desarrollo», presentado en el marco de la jornada «La problemática de la educación en el siglo XXI».
Parellada se fijó, para corroborar su análisis, en lo que representa el impacto de la actividad universitaria en el Valor Añadido Bruto, y ahí resulta que Balears es la comunidad que observa un menor impacto en el VAP, pero también pasa con el empleo y con el PIB. Si se centra la atención en los indicadores de los impuestos públicos destinados a las universidades, «también en general son más reducidos en las Islas que en otras CCAA», resaltó.
Por tanto, las conclusiones son que «la universidad balear tiene un recorrido que hacer en la medida en que la CAIB dote de más recursos o se vincule más a su entorno productivo y su recorrido es más largo que el de otras comunidades».