La enfermería española, y por ende la de Balears, está muy bien valorada en países como Francia, Italia e Inglaterra, desde donde, a menudo, requieren sus servicios. Están, pues, de enhorabuena, y mucho más en un día como hoy, en el que se celebra el Día Internacional de la Enfermería. En Balears, según nos informan desde su colegio, habrá alrededor de 5.000 profesionales de la enfermería de los cuales 4.000 trabajan en Mallorca y algunos de ellos se asoman hoy en estas páginas. Pertenecen a clínicas privadas (Rotger, Policlínica, Palma Planas, Juaneda y Femenías) y a hospitales públicos de Palma (Son Llàtzer y Hospital General). Son personas a quienes muchos de sus pacientes recordarán siempre ya que han encontrado en ellos, además de al profesional, al amigo. Mónica Faciola, responsable de la planta de Oncología y Hematología de Son Llàtzer, nos explicó cómo se componen los turnos de enfermería a lo largo de la semana, y nos mostró las tres habitaciones que tiene la planta, diferentes a las demás: una para que en ella informe el médico a los familiares, otra para los enfermos terminales que ingresan por urgencias, y una tercera, denominada presión positiva, para los que esperan trasplantes medulares. También nos decía que la enfermería en Balears se está desarrollando de acuerdo al modelo conceptual de Virgina Anderson. «Nosotros tenemos en cuenta todas las necesidades de salud, que son catorce, y nuestra misión está en cuidar, como decide nuestro ámbito disciplinar».
Por su parte, Carmen Plaza, responsable de la quinta planta de la Clínica Rotger, destinada a maternidad, pediatría y UCI de neonatos, que es la gran novedad de la clínica, señala que la función de la enfermera es fundamental. Es una persona puente entre el médico y el paciente, pero aparte de eso, cada vez es más importante la labor de enfermería dentro de las clínicas. Aparte de la formación académica oficial, la enfermería requiere dosis de paciencia, ilusión, coherencia, psicología y entrega hacia los demás. En cuanto a la calidad de la enfermería española, Carmen lo tiene claro: está a gran nivel europeo.
A lo largo de las entrevistas que mantenemos con enfermeros y enfermeras de diversos centros sabemos que, por ejemplo, no es lo mismo trabajar en quirófano o en urgencias, que en la planta; que en cierto modo, ellos forman parte de la familia que tiene el enfermo mientras está en el hospital; que hay buen ambiente entre todos los profesionales de la enfermería; que en ciertos casos, y debido a la gran demanada que hay, es una profesión pluriempleada; que a veces en Mallorca, debido a esa demanda, se ha tenido que recurrir a enfermeras andaluzas; y que la enfermería española está entre las mejores de Europa.
Pedro Prieto