Mientras Oli aprovechaba para devorar su tercer best-seller de Dan Brown, los dos Tolos quisieron subir hasta el campo base del Pumori (5.700 m) para observar con detenimiento su inminente desafío. Desde la vertiente izquierda del glaciar del Khumbu, la visión de la gran pirámide negra del Everest es, sencillamente, impresionante. «Esta es la verdadera montaña», exclamó Tolo Quetglas al ver los últimos 850 metros de vertiginosa carena. Si nada cambia, los escaladores mallorquines iniciarán el próximo domingo el ascenso definitivo a la gran montaña. El objetivo es coronar el Everest el día 17, siempre que el tiempo lo permita. Estarán a 3.500 metros de desnivel desde el campo base (5.330 m) hasta arriba del todo (8.850 m), de los cuales los más peligrosos son los ochocientos últimos. «Sales del campo IV, sobre el cuello Sur, antes de medianoche, sin haber dormido y con una temperatura de 30 º C-V bajo cero», nos cuenta Tolo Calafat, quien añade que «tan sólo has tenido un par de horas para hidratarte y descansar un poco. Con suerte, con unas doce horas llegarás a la cima, después de haber superado la cumbre sur, una vertiginosa y expuesta carena y el peldaño Hillary».
La perspectiva desde la base del Pumori sobre el glaciar del Khumbu es casi mágica. El macizo más alto de la Tierra se despliega frente a los ojos de los escaladores entre la niebla que se deshace con los primeros rayos de luz de la mañana. Debajo, la lengua blanca del glaciar que se extiende hacia el sur salpicada de piedras y graba. Los dos Tolos observan boquiabiertos el espectáculo con la secreta y muda aspiración de que aquello no acabe nunca. Pero tienen que volver, las horas pasan y ya llega el momento de comer. Ayer, el cocinero de la expedición mallorquina, Nima, cedió su sagrado terreno al escalador madrileño Miguel Àngel Pérez, quién se puso frente a los fogones para hacer un plato sencillo pero novedoso por estas regiones: huevos fritos, patatas fritas con jamón york y cebolla también fritos. Oli, los dos Tolos y Pérez necesitaban un cambio radical en la aburrida dieta de campo base, basada en pasta y arroz blanco, salsa de tomate con especias, alguna pizza de pasta cruda y el inevitable Dal-bhat (a base de arroz blanco, puré de lentejas y verduras con curry).
En el campamento de la expedición «Mallorca a dalt de tot. Everest 2006» empiezan a llegar noticias de las primeras cimas. Un grupo de seis escaladores de la expedición chilena en el Lhotse consiguió ayer a mediodía su objetivo, dejando así la ruta abierta y equipada para sus compañeros de cordada -seis más, aparte del leonés Jesús Calleja- que hoy también intentarán llegar a la cima sobre la cuarta montaña más alta del mundo, con 8.414 metros. Por otra parte, el famoso escalador coreano Mr. Parks y su sherpa consiguieron ayer por la mañana hacer cima en el Everest desde la vertiente norte del Tíbet para, a continuación, iniciar el descenso por la sur.
Joan Carles Palos