La reunión promovida por los mallorquines y el suizo Kari Kobler fue un éxito. Nueve expediciones se comprometieron ayer a aportar a siete sherpas -on la correspondiente provisión de oxígeno y 850 metros de cuerda- para equipar la ruta desde el Cello Sur (8.000 m) hasta el Balcón (8.500 m). El objetivo es que ete tramo quede terminado el 15 de mayo. El resto de la ruta hasta la cima del Everest (8.850 m), es decir, la cumbre sur y el peldaño Hillary, quedaría abierta y equipada una vez que el primer grupo coronara el techo del mundo. Ayer a la una y media, en la tienda-cocina de IMG (International Mountain Guides), se reunieron miembros de las expediciones de Henrio Todd, Jagged Globe, Falvit-Polònia, Mallorca a dalt de tot/Thamserku Trekking, Alpine Ascents International, Asian Trekking, Kobler & Partner, Adventure Consultants e IMG. Por edad y experiencia -fue el primero en organizar una expedición al Himalaya-, el encuentro lo dirigió el británico Henrio Todd. En poco menos de una hora todo quedó resuelto entre aquéllos que pretendían juntar fuerzas para hacer cima tan pronto como sea posible, aprovechando las buenas condiciones meteorológicas. Los tres mallorquines se han juntado con el escalador madrileño Miguel Àngel Pérez y dos filipinos para pagar al sherpa extra y su oxígeno suplementario, que contribuirá a abrir ruta. Oli y los dos Tolos se mostraban ayer satisfechos porque de esta manera, podrían hacer un primer intento de cima entre el 17 y el 19 de mayo. Así, si las previsiones de buen tiempo no cambian, los escaladores podrían iniciar el ascenso el próximo domingo y cerrarlo el miércoles de la semana que viene clavando la bandera de Mallorca en el techo del mundo. Parece que ahora ha llegado definitivamente la hora de la verdad; a pesar de eso los nervios ya los han agotado, declaró Tolo Quetglas, quien añadió: «Veo que las cosas van bien y eso me tranquiliza». A Tolo Calafat, esta sensación de vértigo le emociona, porque «ya tenía muchas ganas de que llegara el gran día y, así, poder volver a nuestra casa y volver a ver a mi mujer y a mi hijo». Para acabar, Oli manifestó que se siente «muy animado y contento, porque de alguna manera hemos contribuido a desbloquear la situación. Ahora podemos tirar todos para arriba».
Los mallorquines Joan Antoni Olivieri «Oli», Tolo Calafat, Tolo Quetglas y el madrileño Miguel Àngel Pérez eran sometidos ayer tarde a una prueba para un estudio sobre el riesgo de trombosis en altura. Los médicos Joanne Feldman y Robo Becker, de la Universidad de Stanford (California, EUA) sacaron unas muestras de sangre a los escaladores para saber si se encontraban o no dentro de la población de riesgo.
«Con el proceso de aclimatación, el cuerpo genera más glóbulos rojos y la sangre se espesa. Pensamos que en este ciclo se incrementa el riesgo de coágulos y, por tanto, de trombosis, aunque no sabemos por qué», explicó la doctora Feldman. En total, los médicos de la universidad californiana tienen previsto analizar a 150 escaladores en el campo base del Everest. Los resultados los sabremos en un par de meses. A la hora de cerrar esta crónica, nos llega la trágica noticia de la muerte de un escalador checo en la pared del Lhotse. Parece que cayó sobre el corredor de hielo que comunica con la carena cuando se disponía, con su compañero de cordada, a escalar en estilo alpino una pared de 40 metros muy cerca de la cima. Los dos alpinistas hacían el ascenso en solitario y sin oxígeno.
Joan Carles Palos