Walter Berardi tiene 39 años, está casado y es padre de tres hijos. Este alpinista italiano del pueblo de Macuñaga (Italia), a los pies del Monte Rubia, se encuentra en un estado muy delicado desde ayer al impactar sobre su cabeza un bloque de hielo mientras subía por la cascada de hielo del Khumbu. El hecho sucedió a primera hora de la mañana e inmediatamente un grupo de sherpas lo bajó al campo base. Hoy se ha previsto que sea evacuado a Katmandú en helicóptero. El día 1 de mayo tendría que pasar al calendario sherpa como fecha negra, impropia para hacer nada. Hace un año, un alpinista norteamericano perdía la vida al resbalar en una placa de hielo y caer dentro de una grieta de sesenta metros en la cascada de hielo. Esta vez, Berardi ha tenido la mala suerte de que fragmentos de hielo golpearan su cabeza. El Everest ha demostrado una vez más que no admite bromas.
Lina Quesada es miembro de la misma expedición italiana en el Lhotse (8.414 m.), liderada por Mario Merelli, y a la que pertenece el escalador accidentado. Esta sevillana de 37 años nos contó que todo el grupo subía para pasar la noche en el campo 2. Ella se había retrasado un poco haciendo fotos de la cascada y se sorprendió cuando de repente se topó con el resto de compañeros. En seguida supuso que algo grave había pasado cuando vio a su compañero sentado, con las manos tapando su cara llena de sangre. Al parecer, en uno de los tramos, Walter Berardi recibió el impacto repentino de los bloques de hielo. Los médicos del hospital de campaña del Himalaian Rescue Association (HRA) se hicieron cargo del herido en la misma cascada de hielo. En un principio, el parte médico no era nada esperanzador, el escalador sufría un grave traumatismo craneoencefálico.
En el momento de escribir esta crónica, su estado había mejorado, aunque se desconocía el alcance de la herida en la cabeza. Hoy está previsto que sea trasladado a un centro hospitalario de Katmandú. A pesar de las rápidas gestiones del también alpinista italiano Simone Muero con el fin de hacer llegar un helicóptero al campo base -de los gastos del cual también se hacía cargo-, las condiciones meteorológicas de la tarde hicieron imposible que el aparato aterrizara en el glaciar del Khumbu. A pesar de su interés, poco o nada pudieron hacer Oli y los dos Tolos con el fin de ayudar a los miembros de la expedición italiana, los cuales recibieron una rápida y excepcional ayuda por parte de los sherpas. Mientras tanto, los mallorquines continúan coordinando con Jesús Calleja una recolecta entre todos los grupos con el fin de hacer llegar una ayuda económica a las viudas de los tres sherpas muertos el pasado 21 de abril en la misma cascada de hielo por la caída de un serac. El jueves que viene, los miembros de la expedición «Mallorca a dalt del tot. Everest 2006» tienen previsto hacer la ascensión hasta el campo 3, a 7.300 metros. Durante tres días volverán al Valle del Silencio y a la pared del Lhotse para seguir aclimatándose de cara al ataque final.
Joan Carles Palos